miércoles, 4 de junio de 2008

4

4 horas antes...




Abrió la puerta del piso cargando una inmensa mochila con los últimos alimentos que había podido rescatar de la tienda.

Las tropas habían llegado a la zona. Cada vez se veía más movimiento de soldados y era difícil salir a plena luz del día. Las horas pasan muy lentamente esperando un destino incierto.

Los enanos le alcanzaron en la entrada. Habían aprendido a emitir sonidos y sus chillidos se hacían insoportables. Cada vez resultaban más caprichosos y pasaban más tiempo enfadados. Se peleaban entre ellos y acababan molestándole y pegándole patadas a él. No sabía como controlarlos.

Al ver la bolsa de comida se volvieron locos. Intentaron arrebatársela tirando de ella entre todos. El hombre forcejeó hasta que la bolsa cedió y se rompió dejando desparramado todo lo valioso que contenía. Los enanos comenzaron a saltar y gritar mientras recogían la comida. El hombre los mandó callar pero no le hacían demasiado caso. Intentó separarlos, apartarlos incluso empujarlos, pero eran demasiados. Temiendo por su parte del botín y frustrado tras tantos días, sufrió un ataque de ira. Cogió a uno de los enanos que estaba mordiéndole y lo ahogó bajo el brazo. En ese momento, el resto enmudeció y se quedaron completamente inmóviles.

El hombre los observó con detenimiento. No estaban asustados, tan solo parecían obedecer dócilmente. Sin embargo, decidió que aquello era un método demasiado drástico para controlarlos. No era forma de resolver el problema. De raíz. No parecía justo. Aunque ellos fueran más numerosos, él era inmensamente más grande y fuerte.

Una vez se tranquilizó, comenzó a racionar los víveres entre todos y repartir un sorbo de agua a cada uno. El resto, lo guardó bajo llave en la cocina. Al volver al salón todos parecían tranquilos. El hombre, más confiado, se sentó a comer entre ellos mientras disfrutaba de los pocos momentos de paz que había tenido en días. Al menos, los pocos que tendría antes del murmullo que precedería la tormenta.

Casi estaba quedándose dormido cuando uno de los enanos gritó...

...finalizará mañana...

4 comentarios:

Angel dijo...

Me tienes enganchadito...

Anónimo dijo...

Sabía yo que los enanos de inofensivos nada, solo se estaban callando para organizarse, miedo me da lo que grite..

Becaria dijo...

¿y esto cuándo sigue?...joé que intriga intrigosa!!! debería haber esperado hasta el final...joooooo

Besitos!!!

Silvia_D dijo...

Dios , que enanos :P, voy a leer lo otro ufff!!