"El hombre del edificio de enfrente lo vio todo."
1 año antes...

Aquél tío ni siquiera necesito ponerse de puntillas para alcanzar el último paquete de arroz de la desnutrida estantería. El supermercado había sido arrasado por el miedo.
Aquella mañana los granos de arena se convirtieron en la primera piedra gracias a un acto terrorista. Una bomba había hecho saltar un autobús lleno de trabajadores justo a la altura de una de las avenidas más transitadas de la ciudad. El caos fue cuestión de echarle minutos. El miedo a una inminente guerra sacó a las gentes a la calle durante días, para permanecer en ellas hasta que las aguas se calmaran.
Una vieja comenzó a gimotear y llorar junto a él. Miró el paquete de arroz en su mano e intencionadamente forzó unas bonitas lágrimas. Aquel hombre se apiadó y le cedió su comida a la chantajista.
Con apenas dos artículos en la cesta, recorrió boquiabierto los pasillos del supermercado. No dijo nada ante los empujones ni por los gritos de histeria. Se dedicó a buscar con resignación entre las sobras. Al intentar alcanzar una caja de cereales de una de las últimas baldas, algo la movió lejos de su alcance. No pudo visualizar que había detrás. La altura se lo impedía.
De repente alguien le increpó para que dejara paso a los carritos. Al volver la vista hacia la estantería, el paquete había volado. Volvió a resoplar y llevó la vista al suelo. A cuatro pasos, vio los cereales y tras ellos, observó una sombra con forma humana. Delataba una figura tan pequeña que podía ocultarse tras los pocos centímetros de la caja.
Extrañado, confuso, cansado del bullicio, se frotó los ojos y con decisión se acercó y recogió el paquete del suelo. La sombra había desaparecido tras dar el primer paso.
Aquella mañana los granos de arena se convirtieron en la primera piedra gracias a un acto terrorista. Una bomba había hecho saltar un autobús lleno de trabajadores justo a la altura de una de las avenidas más transitadas de la ciudad. El caos fue cuestión de echarle minutos. El miedo a una inminente guerra sacó a las gentes a la calle durante días, para permanecer en ellas hasta que las aguas se calmaran.
Una vieja comenzó a gimotear y llorar junto a él. Miró el paquete de arroz en su mano e intencionadamente forzó unas bonitas lágrimas. Aquel hombre se apiadó y le cedió su comida a la chantajista.
Con apenas dos artículos en la cesta, recorrió boquiabierto los pasillos del supermercado. No dijo nada ante los empujones ni por los gritos de histeria. Se dedicó a buscar con resignación entre las sobras. Al intentar alcanzar una caja de cereales de una de las últimas baldas, algo la movió lejos de su alcance. No pudo visualizar que había detrás. La altura se lo impedía.
De repente alguien le increpó para que dejara paso a los carritos. Al volver la vista hacia la estantería, el paquete había volado. Volvió a resoplar y llevó la vista al suelo. A cuatro pasos, vio los cereales y tras ellos, observó una sombra con forma humana. Delataba una figura tan pequeña que podía ocultarse tras los pocos centímetros de la caja.
Extrañado, confuso, cansado del bullicio, se frotó los ojos y con decisión se acercó y recogió el paquete del suelo. La sombra había desaparecido tras dar el primer paso.
...continuará mañana...
6 comentarios:
Me has dejado intrigada :) espero la segunda entrega.
Besos de domingo^^
Ahhhhhhhhhhh!!! Eres malo...malo, malísimo!! Me has dejado intrigada...qué digo!! intrigada es poco!! Jooooooo quiero que llegue mañana, quiero que llegue mañana!!!
Besitos!!!
Para Dianna y Yeye:
Gracias por los comentarios. En breve la continuación. Aunque si sois observadoras y tenéis tiempo, quizá no tengais que esperar hasta mañana exactamente...
jo se ha quedado en lo mejor, a ver que pasa ahora..
bessos
Y que hago yo con esta intriga un domingo por la tarde lluvioso eh eh eh???? a ver... que hago??? joe...
Continuará mañana y mañana estaré por aquí para leerte :)
Abrazos
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