Es así de simple.
Que nos une y que nos separa de la persona a la que queremos. A veces nos lo planteamos, a veces no. Miramos el presente o buscamos en lo que tendremos mañana delante. Gastamos nuestras energías en balde o todo deja huella.
Una pareja amiga mía rompió hace poco su relación. Y no porque el amor dejara de existir, no por una pelea estúpida, no por un malentendido monumental. Todo serían causas probables pero la verdadera es mucho más agria. No tenían los mismos objetivos en la vida. No compartían una meta. Y dejar marchar a la persona que quieres, por una gilipollez así, puede ser muy sabio, pero debe ser realmente jodido.
Existe una teoría que plantea la vida como un camino. A cada minuto encontramos gente con la que seguimos andando, otras por las que apretamos el paso para no verlos más, otras con las que luchamos para que no nos confundan de dirección, que no nos tapen los ojos. A cada paso vivimos lugares y accidentes diferentes. Hay gente que queda varada mirando hacia atrás, otros hacia el suelo, y algunos que continúan según la ruta de las estrellas, cuál loco que no sabe a donde va. Solo hay una cosa clara para mi: Es importante disfrutar del camino, pero de que sirve si no sabes a donde vas. Y nunca se deja de andar. Cada uno de nuestros objetivos, cada etapa que vamos cumpliendo tiene distintos compañeros de viaje, a cada cual más extraño o inesperado. Pero que cumplen una función fundamental. No permitirnos parar.
Una pareja es un compañero de viaje. Con la que te puedes llevar mejor o peor. Con la que congenias, con la que podrías matarte, con la que no creerías nunca poder estar… alguien que lleva emoción a cada día.
Puede que recorráis la misma ruta. Y tampoco importa si al final tenéis que separaros. Porque cada uno deberá mirar hacia su lado.
Si quiere seguir andando.
Nuestra vida es nuestro viaje. Para mi no tiene sentido pararlo por nadie. Y no quiero que nadie deje de andar por mi. Quiero una meta común. Y de los problemas que tengamos para estar juntos, de las cuestas y bajadas, de los matorrales y espinas que se interpongan entre nosotros… del resto… ya nos encargaremos. Juntos. Porque habrá pocas cosas que me quiten la ilusión de seguir queriendo caminar de su mano.
A mis amigos, les entiendo. A cada uno por separado. Y solo puedo decirles, que no dejen de moverse, de caminar hacia delante. Siempre existe una esperanza que es la que no nos deja perdernos. Y quizá algún día, sus caminos vuelvan a ir en paralelo.
2 comentarios:
A veces por discusiones tontas, dejamos que nuestro orgullo se crezca y que sea mas grande que el amor que sentimos hacia la otra persona..Permitiendo que se separen los caminos.
Un beso, y felicidades por la entrada me ha encantado.
Muchas gracias "Angel". Es una situación dificil, muy jodida. Alguna vez me sentí así, y ultimamente había estado hablando de esto mismo con varias personas y me pareció interesante.
Quizá para algunos no sea determinante esta meta, y en una relación premien más los intereses comunes. Pero no al menos desde mi punto de vista.
Un beso!
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