jueves, 18 de octubre de 2007

Los 7

Pocas veces he visto una entrada tan similar en tantos blogs. Una especie de meme de tapadillo, casi confidencial, que siempre me atrae y consigue robarme minutos. Por eso hoy, mi entrada habla de los pecados capitales. Porque son tan cotidianos, tan comunes, tan reales... que asusta. Los llames pecados o como os de la gana.


Gula

Quizá el que más controlado tenga. No llego a entender la glotonería, la pasión por la comida es una cosa, la pérdida del control es otra. Para mí es un placer que sé terminar. Y sé que es un lujo poderlo hacer. Supongo que como el resto de ellos... todo requiere de determinación.




Avaricia

O lo que yo entiendo como tener por tener. Es de los que más me ha costado entender y padecer. Creo que es el que a más gente afecta hoy en día. Y creo que es de lo más peligrosos. Para mí fueron solo DVDs, comprarlos por comprar, para tenerlos en mi estantería (...) , otro impulso más. Para otros será la ropa, el dinero, el petróleo o la verdad. Si algo aprendí de la palabra consumismo es que es tan peligrosa como un cáncer. Porque es lento, letal, inadvertido... y se extiende hasta límites donde no alcanzamos a imaginar.


Soberbia

Para mi, es declinación del anterior (...) . Si la avaricia por tener más y más películas me hacía compulsivo y algunos días me llegaba a sentir enfermo... la soberbia era poner la otra mejilla cuando llegara a casa. Me encantaba verlos ordenados, todos y cada uno de ellos... pero una vez doy media vuelta... todo se vuelve a venir abajo... ¿y para que coño quiero yo tener eso ahí?.
De nuevo, estoy en busca de reglas y con trabajo lo voy solucionando. No es que quiera hacer fortuna ahorrando... solo dedicarlo a cosas que realmente necesite... como un viaje para ver a mis amigos, como costearme un piso en Algeciras, salir y disfrutar sin tener que pedir ni un duro... para tantas cosas. Si lo consigo, me daré el lujo de ser soberbio por un instante. Pero es otra batalla que no acaba nunca. Así se vence.


Envidia


No soy envidioso. Y ahora toca que el resto opine sobre mi. Pero si hay algo que desearía poder tener es esa capacidad para aprender idiomas con tanta facilidad, esa constancia y alegría para hablarlos... yo que los veo como un medio más que un objetivo... la forma de visitar lugares y acceder a trabajos que me permitan vivir un poco mejor...
Me da envidia no tener una pasión tan sana como esta. Sé que sería más feliz.


Ira

Me cabrea soberanamente la injusticia. La que tengo al lado y nadie es capaz de ver. No soy persona violenta... y me he asustado tanto cuando he tenido algún ataque de ira, que suelo evitar todo lo que pueda llevar a ellos. Pero me fastidia realmente tener que mirar hacia otro lado. Así que vuelvo al principio. A mí. Y supongo que es la base de la ira. No mirar hacia fuera, sino hacia dentro. Me enfada lo que no puedo controlar de como soy, porque a veces no reacciono o a veces lo hago de forma desmesurada... me cabrea no ser disciplinado para aprender, para mejorar... me cabrea la pasividad... me enferma la...



Pereza

Y este, amigos, creo que es el que sufro con mayor intensidad. Levantarme de mi asiento, no saber que hacer, dejarme llevar por la apatía de no tener planes, no buscarlos, no ayudar por voluntad propia (tener mil advertencias antes de hacerlo), ser inconstante, vago y un dejado. Para todo esto se nos educa hoy en día. Es algo que se aprende con el tiempo (quizá yo lo vería de modo contrario). Nuestra actividad cuando somos pequeños... la que irremediablemente nos roba el tiempo que pasamos sobre nuestros pies... ahora nos la quita la televisión, la incultura, la ignorancia... no saber que querer... implica dejar de buscar... como va a ser normal pasar un día tras otro completamente cansado. Y nos refugiamos en nuestro sillón. Y a mirar la vida pasar.


Lujuria

Otro que parece que mueve el mundo. Aunque no tenga yo tanta fe en ello. No voy a poner fotos de nadie... podría llevarme aquí todo el blog. Y no puedo hablar mucho más de ello. Porque al igual que la gula, es una sensación general que no comparto. Como, cuando me apetece comer, follo, cuando me apetece follar. Son necesidades. Tengo que cumplirlas... disfruto (muchísimo), cumpliéndolas. Pero no me pidas que desvié la mirada con cada chica con un buen escote que pase por mi lado. Los sátiros deben de estar solo en los cuentos... y en las fantasías. Para eso están.


(vale, no pude resistirme, lo reconozco)


Todos ellos, al detectarlos, te amargan el día, la semana, te hacen mirar al suelo, consiguen aguar tus horas y te dejan sin voluntad unos instantes. No hay soluciones generales. Aquí solo hay medios de contrarrestar. Por eso es importante saber cuales de los 7 lleváis con vosotros sin saberlo. ¿Alguno más...?

2 comentarios:

Unknown dijo...

un buen repaso a los siete pecados capitales, asi tambien te conocemos mejor.
Por cierto, esta mañana he estado en Algeciras...
Un beso!

Anónimo dijo...

Primero: que no sé comentar sin anonimato, ya me explicarás cómo ¿he de registrarme? vamos, que es por problemas técnicos, no porque quiera ocultar mi identidad secreta ni nada.

La verdad, discrepo un poco del post... me explico, o más bien, me confieso:

Gula. Por favor... si compartimos los 20 minutos del desayuno, ¿qué te voy a decir que no sepas?... lo que más odio de comer es que sacia y eso hace que tengas que dejarlo.

Avaricia. Todo, lo quiero todo. Quiero salir, quiero parque, fiestas de ciempozuelos y que al final de la semana aparezcan 3 aprobados. Eso es ser avariciosa. De hecho a ciempozuelos no voy, pero porque se aguó el plan, no porque yo haya dejado de pecar... me redimiré en la biblioteca (datos, quiero datos, todos, para mí)

Soberbia. ¿Soberbia yo? JAA (pongase voz de la maestra de Bart Simpson, que no sé cómo se escribe su apellido y soy tan soberbia que aún así y pese a mi ignorancia, la nombro sin nombrarla)

Envidia. Obvio. Yo envidio el pelo de Thais, taaan laargo, ¿y qué? no es malo eso, es positivo, no la odio por ello, es más envidia admiratoria, es una heavy pantene y no puede evitarlo ¿cómo no la voy a envidiar?

Ira. A ver. Esto sí que no es culpa mía. Tú sabes lo del duende de debajo de mi mesa que tira sin cesar del puto cable del ratón, sabes lo de que se atasca el word, se tarda mil años en fichar, aaahhhhh, pero diciendo palabrotas pues liberas esa ira y ya. Ahora, cuando encuentre al duende no te digo yo que no le caiga una patada al menos, porque me tiene frita.

Pereza. Nooo, el parque me atrapaaa, me llama...

Lujuria. Claro. Yo veo en blanco y negro porque me gusta ¿no? pues no, no se puede evitar. Pero es admirativa también. Además, que la culpa es suya, por ir provocando, que pongan una fuente de agua en su zona y así no se pasearían tanto por mi campo de visión, contoneándose, los muy sueltos. Vergüenza debería darles.

La conclusión es que si están controlados (los capitales, no los glamourosos) no resultan peligrosos ni dañinos. Hoy mismo supe renunciar a mi tercer donuts de chocolate y, JA, no me pesa lo más mínimo.