Tal día como hoy, otro 25 de Marzo de hace algunos años, una chica me robaba un beso junto a un puesto de chucherías. En aquel momento, estaba dando cuerda a mi corazón. Hasta entonces había marchado a regañadientes. Más torpe que otra cosa, nunca había funcionado del todo bien. Aquella chica encajó todas las piezas y las puso a rodar. Recuerdo aquella noche como si fuera ayer. Y aquel primer beso como si fuera ahora.
Justo un año después, en otro 25 de Marzo, no celebré lo que tendría que estar ocurriendo. Mi corazón no había dejado de correr pero algo se había metido en el engranaje de forma sorprendente hasta hacerlo parar en seco. Ese día, en aquella puerta blanca, la misma chica y yo, dejamos una relación justo en el momento exacto. Evitamos los daños irreparables. Y mi corazón se partió por ello.
Al siguiente 25 de Marzo le tenía algo de respeto. Pero no sirvió de nada. Inconscientemente, cometí un error. Hice algo que deseaba pero para lo que no estaba en absoluto preparado. Y aquella noche, con otra chica, también fue de las que recuerdas para siempre. Lástima que ahora me quede un marcado sabor agridulce. Porque el paseo por la mañana y el desayuno en la terraza podrían decir lo contrario. Pero mi corazón ni siquiera había cicatrizado los puntos. Todavía quedaban brasas en su interior. Y su fuego era otro.
Otro 25 de Marzo cogía un vuelo que me llevaba de vuelta a Manchester para una última etapa. Entonces, en aquel avión, empecé a ser consciente de que aquello se acababa. Que lo que parecía no llegar nunca estaba a la vuelta de la esquina. Que iba a tener que cerrar una puerta gigantesca con la que sin saberlo, me había encaprichado. Me había enamorado de una ciudad y ese 25 de Marzo volé por última vez para encontrarme con ella. Y empecé a sentir pequeñas grietas de nuevo.
El último 25 de Marzo lo viví una semana tarde. Lo sentí dentro de un coche, con la lluvia golpeando y callando las palabras. Lo vi en una cara con miedo pero llena de razones. La de otra chica, que no podía seguir. Salí del coche y pasee bajo la lluvia hasta casa. Recibí una llamada de unos amigos, borrachos y ajenos a todo lo que no escuchaba en ese momento. Y al colgarles tuve que echarme a llorar. No sé si fue la lluvia, pero mi corazón se desbordó.
Justo un año después, en otro 25 de Marzo, no celebré lo que tendría que estar ocurriendo. Mi corazón no había dejado de correr pero algo se había metido en el engranaje de forma sorprendente hasta hacerlo parar en seco. Ese día, en aquella puerta blanca, la misma chica y yo, dejamos una relación justo en el momento exacto. Evitamos los daños irreparables. Y mi corazón se partió por ello.
Al siguiente 25 de Marzo le tenía algo de respeto. Pero no sirvió de nada. Inconscientemente, cometí un error. Hice algo que deseaba pero para lo que no estaba en absoluto preparado. Y aquella noche, con otra chica, también fue de las que recuerdas para siempre. Lástima que ahora me quede un marcado sabor agridulce. Porque el paseo por la mañana y el desayuno en la terraza podrían decir lo contrario. Pero mi corazón ni siquiera había cicatrizado los puntos. Todavía quedaban brasas en su interior. Y su fuego era otro.
Otro 25 de Marzo cogía un vuelo que me llevaba de vuelta a Manchester para una última etapa. Entonces, en aquel avión, empecé a ser consciente de que aquello se acababa. Que lo que parecía no llegar nunca estaba a la vuelta de la esquina. Que iba a tener que cerrar una puerta gigantesca con la que sin saberlo, me había encaprichado. Me había enamorado de una ciudad y ese 25 de Marzo volé por última vez para encontrarme con ella. Y empecé a sentir pequeñas grietas de nuevo.
El último 25 de Marzo lo viví una semana tarde. Lo sentí dentro de un coche, con la lluvia golpeando y callando las palabras. Lo vi en una cara con miedo pero llena de razones. La de otra chica, que no podía seguir. Salí del coche y pasee bajo la lluvia hasta casa. Recibí una llamada de unos amigos, borrachos y ajenos a todo lo que no escuchaba en ese momento. Y al colgarles tuve que echarme a llorar. No sé si fue la lluvia, pero mi corazón se desbordó.
Hoy es un precioso 25 de Marzo.
Y mi corazón esta sano y fuerte.
Brindo por eso. Porque parece que este día, es mi verdadero aniversario.
Y mi corazón esta sano y fuerte.
Brindo por eso. Porque parece que este día, es mi verdadero aniversario.
11 comentarios:
Qué hermoso ir revolviendo contigo en los trastos de tu mochila. Así suelo llamar a la vida vivida: la mochila que acarreamos y no pesa.
Cada nuevo 25 de marzo me gustará acordarme de ti.
Eres... ¡un gusto leerte!
:)
y que sean muchos mas que te pillen asi de bien y asi de fuerte.
Besos!
Parece que este día es especial... y yo brindo por tu corazón sano y fuerte :)
Besicos
Entonces choquemos las copas, y a brindar..
vaya tela, siento que te hicieran daño, lo bueno es que tu corazón se reparó.
bessos
Lo que importa es hoy...bueno ayer...que sea un precioso 25 de marzo...y que tu corazón esté fuerte y sano!!!
Besitos!!!
Ispi, pues ala, con la mochila acuesta seguiremos. Gracias por pasarte! :D
angel de las mil violetas, eso espero... que sean muchos muchos más. Y más y más. Aunque no me importa ir añadiendo buenos recuerdos. Besos.
Si, algo de especial tiene belén. Se lo ha ganado a base de bien. Besos!
Angel, la mia es de Whisky, y la tuya??
Yo no lo siento en absoluto yaves. Tenía que ser así y así fue. En cada uno de estos días he aprendido más que en meses enteros. No los cambiaría por nada. Un beso.
Pues si yeye... pero vamos... que es una efemeride como seguro que muchos tendrán la suya. Yo me quedo como estoy (bueno... si este fin de semana no fueran las motos... estaría mucho mejor... pero tampoco es plan de quejarse).
Besos!
No se si es una suerte que sea totalmente incapaz de recordar fecha alguna porque me toca revivir las propias vísperas.
Los años lo curan todo, y le quitan peso a todo lo que se queda atrás...
Son lo mejor!
Que disfrutes de todos los 25 de marzo que te quedan!
Besos!
El mío es el 5 de febrero... es tan fatídico como genial en ocasiones y tengo sensaciones muy marcadas cuando se acerca... este último pasó sin pena , ni gloria y lo prefiero.
Besos^^
veinteañera, procuraré disfrutarlos si! Aunque seguramente... alguna que otra sorpresa más me depararán. Un beso
dianna_, pues me gustaría conocer la historia de ese 5 de febrero. A ver si te animas en tu blog! Un beso
(La entrada suprimida... error mio. Subsanado.)
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