jueves, 4 de junio de 2009

Pescando ranas

Me paso la vida mirando hacia los acantilados para pescar ranas incautas. Y disfruto con lo que hago. Pero no tolero que alguna malgaste mi caña y se me ponga a charlar cuando necesito que tire hacia arriba.

Hay gente cuya propia naturaleza les induce a estar siempre en las paredes del barranco. Y creen que lo merecen, que esto es así y no hay más donde rascar. Y aunque los lleves a la pradera una y mil veces, son capaces de tirarse antes de que sople el vendaval.

Ando espeso y desentrenado. Buscándome la vida como me "recomiendan" en el curro. Incluso he soñado con etiquetar spaghettis. Pero nunca renunciaría a mi ración de optimismo. Es un año más que gano cada vez sonrío. Cada día debe tener su respiro, las horas que recuerdas, las que cuentas por las noches cuando te llaman por teléfono, las que te hacen crecer y no marchitar.

Hay ranas que han olvidado saltar. Y ya solo se dejan caer.