miércoles, 30 de abril de 2008

De plastilina


Mi vida es como la plastilina en manos de otro.
Es como el chicle que otros dientes mastican.


Es como un vagón en los raíles pero sin locomotora.
Como un coche sin frenos en una pendiente.


Mi vida es como el relato que no acaba como quieres.

Como la expectativa que no se cumple.


Es la cena que otro elige por ti.

La receta que siempre quieres saltarte.

Mi vida es como la canción que no acaba de romper.
Es como la película cuya trama no entiendes.

Es la resaca de un amnésico.
Es como el diario de un álbum de fotos.

Mi vida es como una cárcel sin muros.
Como una carrera de obstáculos.

Es la noticia que no publicas en el día.
La historia interactiva que no te deja elegir.

Mi vida es el sueño de otro.
Y es la pesadilla que compartes.

Mi vida, al fin y al cabo, es la plastilina en manos de un niño.
La rompe, la mezcla y le da forma a su antojo.

Pero no deja que la toques. Por si la estropeas.


lunes, 28 de abril de 2008

Llorar y reir es lo mismo: The IT Crowd


Por lo visto hay una diferencia entre lo que son los freaks, geeks, sneaks, nerds, janes o tarzán. Pero yo todavía no la conozco. Lo que sí descubrí hace ya algún tiempo es la sutil diferencia que existe entre reírse con algo y descojonarse de risa.

Al principio tuve mis sospechas. Recuerdo aquellos días de infancia en los que alguien hacía cualquier gracieta y todos se reían. Y yo, por supuesto, seguía el rollo. Poco tiempo después, me hicieron un extraño pelado y empecé a ser yo el centro generador de risas. Pero ese es otro tema para más adelante.

Recuerdo clases en la universidad en las que no podía aguantarme las carcajadas. Y tardes en la cafetería en las que creí llorar. La cosa iba aumentando de nivel considerablemente.

Un buen día, en algún recóndito lugar de internet, leí sobre 6 capítulos perdidos de una serie inglesa que trataba sobre el departamento informático de una empresa. Y no sé si por una extraña casualidad del destino o una chispa de buena suerte, decidí bajármelos para echarles un vistazo. Y entonces... subí un peldaño más. Aquél en el que tuve que parar el vídeo a las 3 de la mañana porque casi me asfixio intentando no reírme demasiado fuerte para no despertar a todo el mundo. Y una vez tranquilizado, acordarme del chiste y volver a empezar.

El mundo de The IT Crowd es relativamente corto: dos temporadas de 6 capítulos cada una. Pero no importa porque se puede ver y ver una y otra vez. Las carcajadas siguen ahí. Es una cualidad brillante pero escasa en estos días. Si os atrevéis a entrar, conocer la empresa Delhom y los descacharrantes habitantes del sótano, no os arrepentiréis. Ya me contaréis si visteis las lágrimas. Have fun y no olvidéis esta cara!

(Normalmente, no lo hago, pero esta vez, gran parte de la genialidad de la serie son sus voces originales. Así que recomiendo fervientemente su visionado en inglés con la ayuda de subtítulos).

sábado, 26 de abril de 2008

Ole la Feria


¡Ole, ole y ole, los caracolé!

Que llega la Feria, el baile y el vino.

Beber rebujito hasta ponerme fino.

De juerga y de fiesta durante cinco días,
en esto ratitos to es alegría.

Bailar sevillanas, flamenco y rumbitas,
y comprar los tickets pa las tapitas.

Caballos, albero y las gafas de sol.
Es tiempo de amigos, de fotos y alcohol.


Momentos de risas, momentos de bromas,
recogerte a las 7, pa dormir la mona.

Lo siento si esto os suena a pamplina
pero es mala hora pa encontrá una rima.


Mejor me retiro y me voy pal real
que esto tan callao parece un funeral.

A ver, ¿quién me invita? ¡Que estoy sediento!
Y a ustedes, señores, el lunes os lo cuento.

(hip, hip... ¡ole!)

¿Alguién sabe como se pone un color de letra a lunarito?

jueves, 24 de abril de 2008

Descartes II

Uno siempre se guarda cosas. Ya sea porque no las ve importantes en ese momento, porque no las recuerda cuando debería o simplemente porque no le da la gana de enseñarlas. El saco poco a poco se va llenando y al final se te olvida de para que coño estabas reservando todo eso.
Ya me pasó hace algunos meses, cuando los Descartes inundaron mi blog. Y hoy vuelve a ocurrir un poco lo mismo... son todo pamplinas, pero es que mira... también forman parte de mi día a día.

1. De sueños

Hoy me he levantado con una sensación que no esperaba tener hasta mañana o pasado. Por decirlo claramente... con resaca. Me he pasado gran parte de la mañana (exactamente desde las 9:36 que mi madre me ha despertado porque había olvidado las llaves de casa), intentando coger el sueño y perdiéndolo al instante. Diréis... ¿a esas horas uno sigue acostado?. Bueno, solo dos palabras: En paro y Feria. Así que...¿por que no?.



He estado rodeado de amigos y de fiesta por las calles. En un estrecho callejón era atropellado por una excavadora que luego ni siquiera se paro para poder rellenar el parte de accidentes o al menos, prestarme un poco de agua oxigenada para mi pierna. Después alguien comentó que iríamos a un bar que conocía. Al entrar nos dan dos tickets y buscamos un cuarto de baño en el piso de arriba. Pero no hay cuarto de baño, solo la sala de espera de un hospital. Es una buena oportunidad para que me miren la pierna, pero no es a lo que he ido.

En la sala de abajo es donde esta el bar. Todo lleno de mesas de madera estilo camping. Nos sentamos en una pero nadie retira los platos de los anteriores clientes. Los camareros nos sirven en los mismos platos pero solo pequeñas cucharadas de degustación. Las copas están a 2x1 y viendo las caras de todos mis amigos diríamos que más o menos llevamos el mismo grado de alcohol en sangre. De repente me paro a pensar y veo que todo el bar esta en silencio. ¿Como coño puede estar un bar en silencio? Y mientras, en mi mesa, todos borrachos, aguantando la risa, haciendo chistes tontos en voz baja y haciendo bromas sobre la comilona insalubre. La cara del resto de clientes es de las de hacer fotos y reírte un poco más después. Al final hacemos cola incluso para pagar.

La verdad es que me he levantado con resaca.
Pero con una sonrisa en la cara.

2. De creencias

Esto es una conversación muy habitual en mi casa, normalmente entre mi madre y algún otro miembro de la familia. En este caso concreto, la afortunada es mi tía (aunque teniendo en cuenta la cantidad de horas que hablan, no había muchas más posibilidades):

Madre: ¿Y no sabes donde lo has puesto?
Tía: (Inaudible) - Se me olvido comentaros que están hablando por teléfono.
Madre: Hazle un lacito a San Cucufato y ya verás como aparece.

5 minutos después, mi tía llama a mi casa.

Madre: ¿Ya lo has encontrado? Pues ya puedes desatarlo. ¿Te lo dije o no?(esta frase tan simple, es de tanta importancia moral en este tipo de relaciones...)

De verás, me parece increíble que cosas así puedan ocurrir con tanta normalidad y la gente corriente no se quede con la cara de bobo que me quedo yo. Para los que estén perdidos... existe un refrán (al que hace referencia mi madre), el cual se dice cuando has perdido algo o no sabes donde lo has puesto y quieres encontrarlo. A su vez, haces un pequeño nudo con una cuerda o una cinta en cualquier picaporte de tu casa mientras recitas...

"San Cucufato, san Cucufato
los cojones te ato
y hasta que no me lo encuentres
no te los desato."

Si ya lo decía Javier Krahe. Solo me queda añadir, que en la puerta de mi armario hay un lazo desde hace 5 meses. Y no sé si es que mi madre cree que yo he perdido un trabajo y por eso estoy buscando, o que realmente San Cucufato hace milagros. El caso es que el pobre tiene que tener los huevos de corbata.

3. De reivindicaciones

Hace poco mi hermana me exigía que reivinidicara en este blog la vuelta al mercado de un producto que ha sido pilar básico en nuestra infancia y que cree que se ha ganado por derecho propio su lugar: el helado Boomy. Para el que no lo recuerde... es este.



Desde aquí, me hago eco de su petición y la suscribo.

A su vez, Julia me incita a que ponga de manifiesto la importancia de un término tan vital para los españoles como es el verbo "wachiwachear". No sé si esta palabreja estará comprendida en la RAE, pero lo que sí se, es que todos la hemos utilizado más de una vez:

Se dice de la acción de wachiwachear aquella que se lleva a cabo cuando intentamos cantar una canción en otro idioma del cual no tenemos ni puta idea. El resultado final es una serie de palabras sin sentido que derivan en monosílabos para acabar en un generalizado "la la la la".

Debido a nuestra naturaleza impulsiva y alegre, los españoles somos grandes defensores de este género y es por ello que compartimos (junto con los chinos), el dudoso honor de ser los que más lo utilizan. ¿Por qué si no se iban a inventar los karaokes?

Me despido con una canción dedicada a mi madre y como pequeña motivación para mi búsqueda personal de empleo.



¡Feliz fin de semana!
Nos vemos en la Feria.

miércoles, 23 de abril de 2008

Soy un videoclip


Ando por la calle cual videoclip.
No me avergüenza reconocerlo.
Los mp3 le han puesto banda sonora a mis solitarios paseos.
Antes cantaba y me oía.
Ahora desafino y soy feliz.

Me encanta la música a todo volumen, saltar en mi cama, mi propio concierto, imaginar que la gente grita y enloquece.
Quizá os crucéis con un loco bailando y saltando de baldosa en baldosa. Y puede que sea yo.

He corrido por las calles al son de la música. Y me he parado en seco cuando la canción terminaba. Voy esquivando a la gente, las farolas, los bancos, las esquinas. Me he sentido cantante.

Soy Richard Ashcroft en "Bitter Sweet Symphony".



Hay canciones perfectas para cualquier día.
Solo hay que saber almacenarlas.
Y dejarlas salir en el momento exacto.
Otras veces son ellas las que te sorprenden, te cogen de improvisto, te zarandean y te gritan.

Hay una nota para cada momento:
Girando la cabeza en cada arreglo.
Al ritmo de unas palmas mientras bajo las escaleras.
Casi he sentido la lluvia caer a mis pies en un vagón del metro.
Solo con una canción.

Soy el tonto que toca la batería y el solo de guitarra en la parada del autobús.
Soy mi propia "Air band".
Pero no lo quiero evitar. La música realza, remarca y graba un sentimiento sin pedírselo. Se convierte en recuerdos en ese mismo instante.

Mi vida en la calle es un videoclip.
Yo soy el protagonista.
Y me importa bien poco los que miren la pantalla.
La música es cojonuda.
Los raros son ellos que no bailan.

lunes, 21 de abril de 2008

Plena euforia: Neon Bible


ARCADE FIRE - NEON BIBLE


"Every night my dream’s the same.
Same old city with a different name.
Men are coming to take me away.
I don’t know why but I know I can’t stay."

(Keep the car running)




Tenía que hablar de Arcade Fire. No importa el momento, ni de cuál de sus dos discos. Es en este caso, la música que hacen, lo que me lleva a escribir esta entrada.

Mi primera toma de contacto fue "Rebellion (Lies)". Mi amiga Cova suele mandarme canciones que le obsesionan y en esta me pasó el testigo. Y si la primera vez que la escuche, no le hice mucho caso, fue en una segunda oportunidad cuando me atrapó por completo. A partir de ahí, comencé a investigar. Y descubrí "Wake up". Y descubrí su magnífico primer disco "Funeral". Y entonces, como caído del cielo, leí que acaba de salir al mercado la segunda entrega de estos canadienses: "Neon Bible".

Soy fan de este grupo, y no tengo un claro favorito entre estas dos obras maestras que son sus discos. ¿Por qué entonces dedico esta entrada al segundo?. Supongo que fue el momento, la puntilla, el último nexo de unión o yo que sé. El caso es que cuando escuche estas canciones, cuando disfruté de "No cars go" y "Antichrist Television Blues" saltando en mi habitación, cuando ponía de los nervios a mi hermana con "Intervention" a todo volumen o cuando descubrí esta interpretación en un ascensor de uno de los cortes... entonces supe que tenía que ver a estos tíos tocar en directo. Es como una de esas cosas que apuntas en tu libreta de cosas pendientes. En la que tienes los cosas que debes hacer antes de despedirte.

En ese momento pensé: "Coño, lo mismo tengo suerte y aparecen por aquí". Y tuve suerte. Vaya que si la tuve. Venían de visita a España para actuar en el SummerCase en Julio. Llame a Cova, se lo conté, y decidimos ir. Hacía más de un año que no nos veíamos. Y fue la ocasión perfecta. Recuerdo ese concierto como si fuera ayer. Canté todas las canciones de estos dos discos. Salté y sudé como en ningún otro. Me sentí eufórico. Y grabé en mi memoria cada instante. Pero si algún día todo esto se va, se al menos que esa ilusión que nos empuja en contadas ocasiones y que a mi me llevó hasta Barcelona para un concierto y una charla... se vio recompensada cuando empezó a sonar esto...


Es un disco especial. Al que asocio un momento de plena felicidad. Y eso bien vale su peso en oro. Y merece su entrada en este blog.

Track List

1. Black Mirror
2. Keep The Car Running
3. Neon Bible
4. Intervention
5. Black Wave Bad Vibrations
6. Ocean of Noise
7. The Well & The Lighthouse
8. Antichrist Television Blues
9. Windowsill
10. No Cars Go
11. My Body is a Cage

sábado, 19 de abril de 2008

"Entre las Sombras"

Recojo una iniciativa de Dianna desde su blog, en el que me invita a continuar un relato que ella misma comenzó y que parece que gracias a la blogosfera esta tomando vida propia. Os dejo aquí los enlaces para empezar la historia:

"Entre las Sombras"

Capítulo 1: Confesiones
Capítulo 2: Prólogo
Capítulo 3: La Sed

A continuación, mi aportación. Se trata de dos capítulos en el que se relata el origen de la protagonista. Espero que os guste.


Capítulo 4: La Brisa


Hacían una extraña pareja. La altura, los gustos, las familias, las culturas, el camino. Casi todo los diferenciaba y unía con igual fuerza. Pero supongo que como en el resto de parejas.

Se habían conocido un par de años atrás durante unas vacaciones. Quizá sean las vistas del hotel, los acantilados o la brisa. Pero unida a esa primera sensación al recordar, siempre tienen la imagen de la otra persona. Y la sensación de un primer beso.

Malicia siempre bromeaba con él y le hacía rabiar recordándole lo patoso que fue en aquella primera cita. Como ni siquiera fue a buscarla al recibidor y lo que tardó en ir a buscarla a la habitación después de haberse despedido 3 veces. Él siempre le respondía que fueron solo segundos los que tardo en reaccionar.

Esa semana tenían planeado escaparse. Malicia tenía que viajar a París por motivos de trabajo. Nada serio, un par de días, pero aprovecharían para disfrutar del otoño en esas calles durante toda una semana. La casualidad quiso que un escalón se rompiera justo cuando él bajaba a desayunar. Y el tobillo dislocado, la muleta y el chichón, no le dejaron más remedio que cancelar su billete y quedarse en casa justo el día antes. Ella volvía a hacerle sonreír enseñándole el escote provocativamente y diciéndole que no tendría más remedio que sortearlo a algún francés. Quizá le trajera una tacita de la Torre Eiffel de regalo.

Durante dos días, trabajo sin descanso y los dos siguientes, disfruto del embrujo de la ciudad. Habían decidido que era una tontería desperdiciar el gasto que ya habían hecho. Malicia era reticente al principio, pero él la convenció para que se quedase. Visitó museos, catedrales y barrios. Lo que más le gustó fue sentarse en las terrazas y disfrutar de los últimos días de sol que regalaba el año. El aire bohemio le favorecía. Quizá fue por la vista de Montmartre o el delicioso champagne, el caso es que, una vez más, el perfume de París la embriago y esa tarde decidió pasear hasta el hotel. Hasta que se perdió. Llegó a una zona casi desierta cuando la noche empezó a cerrarse. Preguntó un par de veces pero nadie parecía conocer el camino. No estaba preocupada y le pareció incluso romántico. Perdida en la ciudad del amor. Alguna aventura encontraría. Decidió divertirse un poco, así que entró en una pequeña discoteca y bailó durante un par de horas. Cuando se dio cuenta se había hecho demasiado tarde, el metro había cerrado y no podía recordar la dirección ni el nombre del hotel. Y aún así, todavía no la abandonaba la sonrisa.

En ese momento un sentimiento de nostalgia la invadió. Miró su reloj y aún sabiendo que a esas horas, él estaría dormido, no pudo resistirse a llamarlo. Esa voz ronca y traviesa que la despertaba todos los domingos apareció al otro lado del teléfono. No hablaron más de 5 minutos. Él se asusto un poco y le pidió por favor que buscará cualquier hotel cercano y se acostara. Ella le hizo una pequeña burla a la que sabía que no podría resistirse y luego se recompuso para poder decirle te quiero lo más sinceramente que el alcohol la dejara recordar. Al colgar y levantar la vista, vislumbró al otro lado de la calle un pequeño cartel bajo la luz de dos farolillos: “Hostel Onibleu”.

Al llamar al timbre, le recorrió un escalofrío, pero no lo tuvo en cuenta. El viento se había despertado durante los últimos días y ahora solo jugueteaba un poco. La puerta la abrió un hombre con ojos claros, sonrisa encantadora y una preciosa melena. Era alto y realmente guapo. Tenía esa seguridad en la mirada que hace que no quieras que se vaya nunca. El hombre le dio las buenas noches y le explicó que simplemente era un huésped. Se iba de fiesta justo en ese momento. Le dijo que pasara y esperara al posadero. Le acababa de avisar y estaría apunto de llegar.

Tras cerrarse la puerta, Malicia miró la habitación que servía de recepción. En ese momento no tenía demasiadas fuerzas así que se sentó en el sillón de la esquina y se quedó mirando fijamente la chimenea al otro lado de la sala. Cinco minutos más y se habría quedado dormida del todo. Pero entonces un hombre le tocó el cuello y la sacó de su somnolencia. Su cara era completamente blanca, sus ojos negros y sus manos frías. Se presentó con el nombre de Albino y la invitó a ponerse cómoda.


Capítulo 5: La Búsqueda



Quizá fuera el dolor de la pérdida, la impaciencia o el tesón que puso en ello, pero el caso es que el tobillo no se recuperó nunca. Para él era como una estúpida predicción, y solo sanaría cuando se volviera a reunir con ella. Pero después de aquella última llamada, el tobillo no había dejado de dolerle.

Al principio la policía le dijo que no podían ayudarle. Incluso le insinuaron que se habría largado con otro. Y él pensó que ojalá fuera así. Cuando la familia de Malicia intervino, entonces empezaron a tomar cartas en el asunto. Pero durante meses la búsqueda no dio resultados. La pista se perdía en el hotel. Y después, nadie parecía recordarla. Era un turista más entre las cientos de miles de caras que vagan por los barrios parisinos. Y él, un caso más entre los cientos que ven cada día.

A las pocas semanas se fue hasta allí. Y comenzó su propia investigación. Reconstruyó los pasos de Malicia, los recorridos que había estado siguiendo. Nada que no hubiera hecho ya la policía. Pero tenía que intentarlo. Visitó El Louvre, Orsay y La Ópera. Paseo por los Campos Eliseos, por el barrio de los pintores, por el barrio latino e incluso llegó a preguntar en las catacumbas. Cada día se acercaba a Notredame a rezar. Estuvo revisando durante dos días cada una de las lápidas del cementerio de Pere-Lachaise. La locura se estaba apoderando de él y se ataba a cualquier cabo suelto, cualquier clavo ardiendo que le diera un soplo de esperanza o algo que hacer al día siguiente. Al cabo de tres meses desistió y volvió a su destrozado hogar. Y durante un par de años deambuló de comisaría en comisaría, cada vez con menor frecuencia, buscando un hombro donde apoyarse.

La vida se tranquilizó sobre un lecho de brasas encendidas. Y no podía soportar más las miradas de condolencia. Así que se trasladó a París a vivir. Se estableció en un pequeño ático y comenzó a trabajar en un bar en la esquina de su apartamento. Con su sueldo y las propinas, pagaba la habitación. Pero no tenía para nada más. Trabaja 6 días a la semana, en los que comía en cualquier descanso del trabajo, pero normalmente en su día libre, se pasaba las horas muertas paseando sin acordarse de que el apetito estaba en su estomago y no en su cabeza. Los meses no le hicieron cambiar de parecer. Y con el tiempo fue conociendo cada esquina y cada escalón de aquella maldita ciudad.

Fue un domingo a medianoche, casi en el noveno aniversario de su tobillo, cuando camino de casa tropezó con un mendigo en un oscuro callejón. Estaba masticando lo que le pareció un trozo de pan mohoso. La peste que emanaba era insoportable hasta que se dio cuenta que no era su culpa. A su alrededor, el cadáver de 3 perros no dejaba aire al que aferrarse. Justo cuando iba a pasar de largo, sus miradas se cruzaron. Tenía los ojos claros y una mirada de las que te sientan sin media palabra. Pero el resto de su aspecto era deplorable. Los pelos se le caían entre el cuello y la capucha, el cuello estaba esquelético y las manos parecían muy débiles. Comenzó a toser y él le alcanzó un pañuelo. Un esputo de sangre salió de la boca del mendigo. El frío de la noche no podría sino empeorar su estado, así que pensó que no era buena idea dejarlo allí. Él le preguntó si estaba bien y se ofreció a acompañarlo hasta un hospital. Le tendió su mano y le ayudó a levantarse. En ese momento la capucha se deslizó hacia atrás, la manta que lo envolvía voló hacía los lados y el mendigo quedó de pie luciendo un traje viejo, roto y arrugado. Faltaban botones de la chaqueta y el pantalón estaba quemado por varias partes.

Cuando Pitxi volvió a fijar la vista en la cara del mendigo, solo encontró vitalidad en su mirada y dos colmillos en su sonrisa. A partir de entonces, solo un crujido en el cuello, un día borrado de su memoria, un jefe al que servir y una nueva búsqueda. Todavía le dolía el tobillo.

jueves, 17 de abril de 2008

Baila y rie

Últimamente ando un poco espesito a la hora de escribir (y no será por falta de ideas). Así que un poco por compensar y un poco porque esta mañana al verlo no pude evitar buscarlo y bailarlo de nuevo, aquí os dejo un video la mar de cachondo. Para que os ríais un poco al igual que ellos de si mismos. No seáis modestos. Y a mover las caderas.


lunes, 14 de abril de 2008

Un suspiro. Una carrera.

Hay días en los que un único gesto, un sonido, una imagen...
nos desmonta y nos desnuda.
Esta canción lleva una semana en mi cabeza.
Y hoy finalmente, me ha desarmado por completo.

"Hometown Glory" - Adele

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I’ve been walking in the same way as I did
Missing out the cracks in the pavement
And tutting my heel and strutting my feet
“Is there anything I can do for you dear? Is there anyone I can call?”
“No and thank you, please Madam. I ain’t lost, just wandering”

Round my hometown
Memories are fresh
Round my hometown
Ooh the people I’ve met
Are the wonders of my world
Are the wonders of my world
Are the wonders of this world
Are the wonders of my world

I like it in the city when the air is so thick and opaque
I love to see everybody in short skirts, shorts and shades
I like it in the city when two worlds collide
You get the people and the government
Everybody taking different sides

Shows that we ain’t gonna stand shit
Shows that we are united
Shows that we ain’t gonna take it
Shows that we ain’t gonna stand shit
Shows that we are united

Round my hometown
Memories are fresh
Round my hometown
Ooh the people I’ve met

Are the wonders of my world...

jueves, 10 de abril de 2008

El lado malo: Jekyll


El lado bueno de una serie corta es que no se hace eterna.
El lado malo es cuando la serie te gusta tanto que quieres más.

Jekyll es una producción 100% inglesa con solo 6 capítulos. Y eso, bajo mi punto de vista ya la hacía interesante. La trama es creo de sobra conocida. Una puesta al día de la novela "El extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde", que leí el año pasado y me fascinó. Como esta serie.

El lado bueno son los magníficos 6 guiones.
El lado malo la cara de gilipollas cuando acaba uno de ellos.

El lado bueno es un actor inmenso haciendo 5 roles diferentes.
El lado malo es preguntarnos como coño no nos confundimos al identificarlo.

No me suelen gustar demasiado las adaptaciones de los libros. Y sin embargo me encantan las obras que toman los libros como punto de partida para desarrollar su idea. Jekyll hace un poco lo segundo. Coge la novela original, la trae a nuestros días, le pone un par de policías, un par de detectives, una ayudante, una mujer de armas tomar con dos hijos, un poco de mitología y una narración fantástica. Y de todo ello, sale una serie, que aún con sus pequeños defectillos (no estoy hablando de estratosferas ni nada por el estilo), tengo que recomendar sí o sí.

El lado bueno de Jekyll... es Mr Hyde.
El lado malo... avisádme si lo encontráis.

domingo, 6 de abril de 2008

Vamos a suponer

Vamos a suponer que un sábado como otro cualquiera, 4 amigos deciden ir al cine, sesión golfa para más señas (la sesión más barata ya nos está dando pistas). Vamos a suponer que entran a ver una película llamada "Los Falsificadores", donde un judío en pleno holocausto colabora con los nazis falsificando la libra inglesa y el dolar. El argumento, la hipótesis, el desenlace.
Vamos a suponer que a esa sesión no va ni el tato a ver la película y cuando entran en la sala, podrían elegir incluso fila. Y vamos a suponer que cuando se van a sentar uno de ellos encuentra una cartera tirada en el suelo.

A partir de aquí... ¿que habríais hecho vosotros?

2 dice que la devuelvan inmediatamente... abrir la cartera es lo peor que pueden hacer porque va a surgir la duda.
1 es quien la ha encontrado, y su naturaleza le impulsa a abrirla sin más miramientos. La cartera esta llena de tarjetas y pesa un poquitín.
3 sugiere que mire el dinero que hay dentro. Al comprobarlo, ven que los billetes de 50 y 20 abundan. 1 sale al pasillo de la sala (todavía vacía), y comienza a contar el dinero.
En total, unos 400 euros. Con un clip. ¿Habría cobrado ese día? ¿Iba a pagar algo?
La duda surge y 4 dice que coja un par de billetes y la devuelva. 2 le grita que la devuelva sin pensarlo más y 3 mira compungido como se marcha la cartera mientras se sienta.
1 entrega la cartera en la taquilla del cine y vuelve a la sala.
Y empiezan a saltar dudas entre las bancas.

2 pregunta: "3, ¿que hubieras hecho tú si la hubieras encontrado?"
3 responde: "yo me la quedo..."
2 dice: "yo si me la quedo, me habría gastado todo el dinero esta noche... y lo que sobre lo repartimos mañana".
3 con cara de pena: "yo lo abría repartido. Y de fiesta tampoco me puedo ir que mañana trabajo".
4 apunta: "yo me abría llevado 20 euritos y la devuelvo".
2 responde: "joder, ¡para eso, te lo llevas todo! ¡Que tontería!".
1 dice: "si me la hubiera quedado, no sé si lo hubiera repartido. ¿He hecho bien devolviendola?"
3 sentencia: "Tendríamos que haber parado a 1..."

Al final de la película preguntamos y efectivamente el dueño de la cartera vino a buscarla. Por lo visto se puso nervioso y todo cuando se enteró de que la habían devuelto.

Veréis, yo creo en el Karma y que acciones tontas como esta mejoran el mundo... pero la cara de gilipollas de los 4, viendo la película, no tiene precio. Así que el Karma ya se puede ir esforzando. Esforzandose muchísimo.

viernes, 4 de abril de 2008

Los Domingueros


Ayer estuve en el concierto que The Sunday Drivers ofrecieron en el Aulario La Bomba en Cádiz. Era la segunda vez que los veía después del SummerCase del año pasado. Pero la sensación fue muy distinta. Entonces solo conocía un par de singles y el concierto me gusto, pero no pude disfrutarlo como lo hice con el de ayer. Después de escuchar los discos, repasar las canciones y plantarte frente al escenario, la expectativa es otra. Tu perspectiva es otra. Se vive de otra forma. No hay lugar para la gran sorpresa de esos conciertos inolvidables, pero te dejan una sensación de plenitud, como si te hubieras vaciado, cuando sabes que lo has cantado todo y te lo has pasado en grande... tal como esperabas.

Ayer, los Sunday Drivers no decepcionaron. Canté todo lo que sabía y pude... y lo que no... me lo inventé. No faltaron las típicas anécdotas que rodean siempre a los conciertos y esos grandes misterios sin resolver:

¿Como coño aplaudo con la cerveza en la mano?
¿Por qué el cabrón de delante, teniendo tanto hueco, me esta empujando hacia atrás?
¿Se habrá dado cuenta el cantante que soy el fan número uno mientras sigo haciendo el capullo? ¿Quién es el guarro que se ha tirado un cuesco en medio del concierto?
¿Por qué tienen que hacer la tontería de irse y esperar a que nos despellejemos las manos aplaudiendo para que vuelvan... cuando todos sabemos que no han cantado la mejor canción que tienen?
¿Quién coño me esta pisando si yo soy el único que esta saltando?
¿Por qué siempre me entran ganas de mear a mitad del concierto?
¿Quién es el guarro que lo ha vuelto a hacer?
¿Por qué el merchandising es tan rematadamente feo y caro?

En fin, seguiré buscando las respuestas a todas estas preguntas, en futuros conciertos que espero no se hagan derrogar. El veranito está cerca... y es la época de las vacas gordas. Os dejo con la lista de canciones que tocaron este magnífico grupo toledano que recomiendo desde ya... y de paso, os pongo también una de mis canciones preferidas.

Rainbows of Colours
She
I Ain't Down
Hate Yourself
Like I Do
Paranoid
Life Is
Do It
Love, Our Love
Little Chat
Better If I
Sing When You're Happy
Time Time Time
On My Mind
Often
Day in Day Out
Little Hearts Attacks



martes, 1 de abril de 2008

Abril, aguas mil


"Hay lágrimas más tímidas que el arcoiris..."



Si realmente te sientes vivo, alguna vez las habrás visto. Seguro que sabes cuales son, no disimules, no te rías, con esa actitud no las sentirás jamás. Solo aparecen en momentos de auténtica sinceridad con uno mismo, momentos en los que la realidad nos está golpeando tan fuerte que tenemos que soltar nuestras verdades... aunque sean verdades fugaces que duren suspiros y mañana no nos valgan, aún así, no llegan a ser mentiras, sirven, y son capaces de cumplir...
...son capaces de romper el saco, la calma, la paciencia...
...las hacen aparecer...
...tus penas...

...las que nadie más conoce, las que solo a un amigo en un momento de barata aunque necesaria sensiblería, cuentas durante lo que parecen horas... lo que solo son minutos de descarga... suspiros de aire que permiten vivir más tiempo... porque vivir triste, es más muerte que vida y preferimos dormir... por eso estamos cansados.

¿No te sientes mejor ese día? Hay lágrimas que pesan como barriles, esas que escondemos hasta de nuestra sombra, de nuestro reflejo, esas que se escapan en el momento más inoportuno, con el comentario más inapropiado, lágrimas que no dejan huella, ni marca en el corazón. (...)

No sirven las canciones, no valen las películas, solo las accionan las palabras, un acto casual que en un instante te da mil vueltas en tu cómodo sillón y te pone a pensar... pensar...
y pensar...
y llorar...

Las he visto en otras personas. Para alguien como yo, es un dolor difícil de llevar, algo insospechado, heridas tristes, no sé explicarlo. No llego a encontrar la fórmula para discernir entre estas y otras... otras lágrimas que sí, que también llegan... pero no del mismo modo ni forma ni profundidad...

...hay lágrimas sin consuelo desde que nacen...
...hay lágrimas que no necesitan hombros...

Y ahora cuéntame... ¿cuantas veces te pasó? ¿es reciente? ¿cuantas has dicho a la semana? No no, esas no son, seguro. A las que yo me refiero les asusta el cielo y se esconden hasta estar bien seguras de que serán aprovechadas para algo más que para lluvia...

...hay lágrimas que siempre son bienvenidas...
...hay lágrimas que nada más aparecer, se empiezan a echar de menos...

Hoy ha sido un bonito día.
Hoy mis ojos vieron el arcoiris.

(Marzo 2004)



Este es un texto de hace algunos años. Cuando no existían las paradas para mi, y todo eran puntos suspensivos que no tenían tiempo ni de nacer ni de morir. Y en seguida padecían la siguiente frase. Lo encontré hace poco y creo que es un buen momento para rescatarlo. Nunca viene mal mirar al cielo.